La incontinencia urinaria. Viajes y seguridad vial

La incontinencia urinaria. Viajes y seguridad vial

La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina a través de la uretra o la incapacidad de retener la orina de manera voluntaria en grado suficiente para construir un problema social e higiénico, reflejando en la actualidad un problema importante de salud en los aspectos médicos, sociales y económicos, afectando a la calidad de vida en las personas que la padecen. (1)

A pesar de la percepción generalizada de que son las mujeres mayores quienes la padecen, mujeres jóvenes y varones pueden padecerla. Es cierto que la prevalencia aumenta con la edad  y resulta ser hasta ocho veces más frecuente en la mujer que en el varón, ya que, para empezar, anatómicamente somos diferentes: la uretra femenina es más corta que la del hombre, el embarazo y el parto pueden provocar incontinencia, aunque en buena parte de los casos, suele ser reversible. (2)

Entre los factores que favorecen la aparición de incontinencia se encuentran las lesiones (traumas obstétricos) y las distensiones que pueden producirse por sobrepeso, tos crónica, trabajo con peso o algunos deportes en los que se requiere fuerza. Algunas patologías como la diabetes, que puede lesionar las terminaciones nerviosas de la vejiga por elevados niveles de glucosa en sangre, y la obesidad, tienen una clara relación con las pérdidas de orina. (3)

En definitiva se estima que el 65 % de las mujeres la experimentan en la edad adulta, muchas también tras el embarazo y parto, y un gran porcentaje de varones.

La vejiga urinaria almacena la orina, la uretra presenta los esfínteres que se contraen e impiden la salida de orina al exterior; en el momento de la micción se relajan los esfínteres de la uretra produciéndose la excreción de la orina, todo ello esta coordinado por el sistema nervioso voluntario e involuntario, para que todo este sistema se mantenga integro deben mantenerse íntegros tanto el sistema anatómico como el nervioso, así factores que alteran la integridad de estas estructuras –obesidad, diabetes, multiparidad, enfermedades neurológicas- predisponen su aparición. No olvidemos que también hay multitud de fármacos de uso habitual que favorecen la incontinencia tales como AINES, antagonistas del calcio, diuréticos, fármacos que afectan al SNC, y también se pueden afectar por factores psicológicos, la cafeína, el tabaco, el estreñimiento…(1)

Se definen distintos tipos de incontinencia: de urgencia, de esfuerzo y mixta:

  • La incontinencia de urgencia es la más frecuente en personas mayores de 75 años y sobre todo varones, se caracteriza porque la perdida de orina aparece precedida de la necesidad imperiosa de orinar.
  • La incontinencia urinaria de esfuerzo es la forma más común en mujeres menores de 75 años, se caracteriza por perdida de orina con el aumento de presión intraabdominal- con la tos, el estornudo, los esfuerzos, la risa…-, en algunos individuos se puede poner de manifiesto al ponerse de pie, al caminar, al coger peso…(3)
  • La incontinencia mixta es debida a la coexistencia de dos o más mecanismos patogénicos, parece ser el tipo más frecuente.

La incontinencia urinaria tiene un efecto notable sobre la calidad de vida de los individuos afectados, sintiéndose avergonzados o preocupados por sus síntomas. Un 60% de las mujeres evita alejarse de sus hogares, un 45 % no usa transporte público y un 50 % rechaza la actividad sexual, teniendo mayor predisposición a problemas emocionales y a asilamiento social.

A pesar de todo ello, sólo el 6 % de los pacientes con incontinencia grave o moderada, recibe algún tipo de asesoramiento y asistencia médica ya que es una patología mal conocida y escasamente abordada desde atención primaria. Se pregunta poco sobre ella, no llegando a un diagnostico etiológico y ofreciéndose a veces solo medidas paliativas como el uso de pañales.

Además puede causar afecciones de la piel, alrededor de los glúteos, las caderas, los genitales y el área entre la pelvis y el recto (perineo), desde erosiones, grietas, hasta infecciones. La humedad excesiva en estas áreas hace que problemas como el enrojecimiento, la descamación, la irritación y las candidiasis sean más probables, además este problema se ve aumentado con el uso de pañales de continencia por su dificultad que produce para la traspiración.

Pero más que los problemas físicos, acarrea problemas que afectan a la calidad de vida de la persona y de la familia. Los efectos psicosociales de la incontinencia urinaria suelen llevar implícitos numerosos trastornos emocionales entre los que se encuentran la pérdida de autoestima y la discontinuidad en las actividades laborales, sexuales, incluso la no realización de cualquier ejercicio físico, por temor a orinarse encima. Muchos afectados se niegan a alejarse de su entorno familiar por temor a enfrentarse situaciones embarazosas, limitando sus tareas habituales y su independencia, generando resistencia a los viajes y el cese de cualquier actividad que implique un viaje o desplazamiento, como conductores y pasajeros, con lo que aumenta su aislamiento. (4)

Hasta un 50% de los pacientes no consultan al médico a pesar de experimentar la incontinencia como un problema. Las razones por las que no buscan atención medica son variadas, unos pueden aceptar su situación y aprender a vivir con su sufrimiento formando parte de su vida cotidiana, pero otra gran parte de estos pacientes, creen que es un problema sin tratamiento, o que existe un conocimiento poco preciso del mismo por parte del personal médico. Para su detección, debemos preguntar por síntomas a cerca de incapacidad para orinar, dolor relacionado con el llenado de vejiga o a la micción sin que exista infección urinaria, debilidad progresiva del chorro de la orina, aumento de la frecuencia al orinar, sensación de urgencia miccional, perdidas de orina que impiden las actividades, infecciones urinarias de repetición…

Para el diagnóstico correcto de la incontinencia urinaria, se deben tener en cuenta los pasos siguientes:

  1. Se debe investigar la existencia de antecedentes de enfermedades previas del aparato urinario, intervenciones quirúrgicas o la toma de fármacos que pudieran favorecer la incontinencia, antecedentes gineco- obstétricos, indagar a cerca de las sensaciones que tiene antes, durante y después de las micciones, si hay que hacer esfuerzo para iniciarla, las características del chorro, el aspecto y color de la orina.
  2. Se efectuara la puñopercusión y palpación renal bilateral, se palpara el abdomen, se debe realizar un tacto rectal para explorar el tono del esfínter del ano la existencia de un bolo fecal y el estado de la próstata, se explorara ginecológicamente a las mujeres para descartar fistulas besico- vaginales o descartar un prolapso genital, si el paciente tiene deseos de orinar se le debe pedir que lo reprima para ver si realmente tiene incontinencia, si no hay deseo miccional, se estimulara el paciente pidiendo que de unos saltos, tosa y luego se comprima el hipogastrio. Si se logra hacerlo orinar, deben observarse las características del chorro para que nos oriente hacia un tipo u otro de incontinencia. En las alteraciones del vaciamiento hay abundante residuo debido a la retención urinaria.
  3. Se le solicitara al paciente un estudio analítico de rutina que incluya creatinina en sangre, glucemia, estado iónico, urocultivo, RX simple de abdomen, urografía, ecografía urinaria completa, flujometría, etc.

En ocasiones el tratamiento de la incontinencia urinaria puede ser rápido y eficaz, por ejemplo las infecciones urinarias, pueden ser tratadas con antibióticos y a menudo desaparece en poco tiempo, además es posible que la medicación que produce la incontinencia se suprimida o modificada. Sin embargo, normalmente el paciente tiene un problema crónico que requiere distintos tratamientos y técnicas de control para mejorar su calidad de vida, en los que se encuentran.(5)

  • Controlar la ingesta de líquidos– agua, leche, alcohol, infusiones, zumos… para evitar la formación excesiva de orina, además se debe tener en cuenta que ciertos alimentos son diuréticos como frutas y verduras y otros alimentos como las sopas, los guisos y los alimentos hervidos producen más líquidos que los asados o los fritos.
  • Se debe distribuir mejor el horario de la toma de bebidas, aumentando el consumo durante la mañana o siempre que sepamos que podemos acceder fácilmente al baño para disminuirlo progresivamente en aquellos lugares que sepamos que no nos va a ser accesible un baño, así como disminuir la ingesta de líquidos a partir de la tarde para evitar la enuresis nocturna. O si se va a realizar un viaje, preferiblemente controlar las horas de salida para regular la ingesta de líquidos y restringirla 2 horas antes, evitando la ansiedad producida por el desplazamiento junto con la necesidad de orinar.
  • Tratamiento rehabilitador, favoreciendo el desarrollo de la musculatura pelviana con los ejercicios de Kegel, buscar un horario para vaciado de la vejiga.
  • Tratamiento farmacológico para favorecer la distensión de la vejiga sin contraerse y que la uretra se mantenga cerrada durante el llenado, se usan para ello fármacos anti colinérgicos.
  • Tratamiento quirúrgico corrector.
  • Pañales absorbentes, colectores de goteo.
  • En el caso específico de las gestantes que experimentan pérdidas, hay que advertir con más motivo, ya que la presión que ejerce el feto sobre la vejiga aumenta con más frecuencia las necesidades de orinar pues la vejiga pierde espacio para la distensión, por lo cual es recomendable hacer paradas frecuentemente para el vaciado de vejiga y evitar también las tan frecuentes infecciones del tracto urinario de la embarazada, aconsejo que aprovechara también para dar un paseíto y reactivar la circulación venosa periférica, evitando las trombosis venosas, propiciadas por los cambios hormonales propios del embarazo como por el aumento de la presión abdominal que dificulta el retorno venoso.

Como medidas generales recomendaremos a los pacientes que: (5)

  • Mantengan su cuerpo en un peso normal para su edad, talla y sexo. En caso de obesidad, reducir peso, lo que favorecerá el control de la hipertensión y prevención de enfermedades coronarias.
  • Durante el embarazo, practique los ejercicios de Kegel, siempre le ayudaran durante y después del embarazo.
  • Tomen mas fibra en la dieta, evitarán el estreñimiento- causa importante de incontinencia.
  • No fuercen la vejiga, orine varias veces al día a las mismas horas.
  • No tomen café ni bebidas excitantes que contengan alcohol.
  • Eviten la ingesta de comidas picantes.
  • No tomen líquidos al menos 1-2 horas antes de ir a dormirse o si ha de realizar algún viaje.
  • Mientras viajan, pararse para hacer un descanso cada 2 horas y vaciar la vejiga-orinar-, pues evitarán problemas posteriores pudiendo realizar una retención aguda de orina, así como evitarán conducir tan molestamente con la sensación de urgencia miccional, distrayéndole del volante y no atendiendo a la carretera.

Recomendaciones específicas para viajes padeciendo incontinencia urinaria.

  • Como norma general, al realizar un viaje, hay que preparar con antelación la ruta, revisar el vehículo, el horario de salidas, el tiempo que encontraremos en la carretera, etc. Controlar estos factores ayuda a reducir el estrés y evitar nerviosismo por inconvenientes de última hora que aumentan el riesgo vial.
  • Si bien comer y beber, moderadamente en un viaje, junto con la adecuada temperatura del habitáculo contribuyen a reducir la posibilidad de hipoglucemia, visión borrosa y otras distracciones, en el caso de padecer incontinencia, es preferible evitar el líquido en lo posible y respetar los descansos con la periodicidad que la persona lo necesite, una hora, dos horas, evitando el nerviosismo.
  • Si es necesario y le ayuda, pueden incluir un pañal en el coche por si no encuentra dónde parar, y al parar, pueden realizar su rutina de higiene para evitar el olor a orina (toallitas, ropa de cambio, colonia…)

Hay que advertir al paciente de que no puede conducir si:

  1. Está en tratamiento por infección y existen síntomas.
  2. Se ha sometido a tratamiento quirúrgico tumoral de la vejiga, asociado en ocasiones a lavados intravesicales con quimioterápicos hasta se encuentre recuperado sin síntomas o secuelas que le incapaciten.
  3. Si algún medicamento de los que toma es incompatible con la conducción, en cualquier caso, se debe informar al paciente de los efectos secundarios que los medicamentos pueden tener en la conducción, como algunos analgésicos, espasmolíticos y sedantes.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies