Meditación como tratamiento del déficit de atención

Meditación como tratamiento del déficit de atención

Un trastorno cada vez más diagnosticado entre los jóvenes

El especialista Daniel Goleman asegura que los ejercicios mentales pueden ser más efectivos que la medicación.

Las primeras señales suelen aparecer antes de los siete años. Los chicos no pueden mantenerse sentados en el aula, se desorganizan fácilmente, hacen intervenciones desubicadas, no pueden centrarse en una conversación. Estos mismos síntomas también los padecen algunos adultos. A este conjunto de trastornos –que en muchos casos tienen origen genético–, los científicos los llaman Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), aunque es más vulgarmente conocido como déficit de atención o ADD, por su sigla en inglés.

Los médicos coinciden que, en los casos más severos (y sobre todo si corre riesgo la integridad física de los chicos), lo conveniente es un tratamiento con medicación. Las drogas utilizadas son el metilfenidato (Ritalina) o la atomoxetina (Strattera), que pueden tener efectos adversos (por ejemplo, generar adicción). Por eso, el tratamiento genera angustia entre los familiares de los chicos, muchos de los cuales denuncian un excesivo sobrediagnóstico, y la consecuente “sobremedicación”.

Frente a este panorama, el psicólogo y periodista científico estadounidense Daniel Goleman –autor del exitoso bestseller “La inteligencia emocional”– propone un nuevo enfoque. Basado en un extenso trabajo de investigación, afirma que el déficit de atención puede tratarse con meditación y otras técnicas de trabajo cognitivo, a las que llama mindfulness.

Goleman acaba de publicar un nuevo libro –”Focus”–, que es un exhaustivo ensayo acerca de la atención humana. De la investigación para este trabajo surge la idea de utilizar ejercicios metales en el tratamiento del déficit de atención. “Todas las decisiones que toman los chicos en su vida cotidiana –desde elegir el gusto del postre hasta si hacen los deberes o juegan a la Xbox– ponen a prueba una función mental llamada control cognitivo, que es la capacidad de concentrarse en una elección principal mientras se ignoran otros impulsos”, explica Goleman, en un reciente artículo publicado en The New York Times.

Y agrega: “Una corriente de investigación creciente sugiere que fortalecer este músculo mental, con ejercicios o meditación, puede ayudar a chicos y a adultos a manejar el trastorno por déficit de atención.” Goleman afirma que los ejercicios mentales se pueden encarar de la misma forma que se encaran los físicos en un gimnasio El escritor cita un trabajo publicado en una revista científica, que demuestra que la mayoría de las personas con déficit de atención que obtuvieron efectos beneficiosos con la medicación, los perdieron hacia el tercer año, si no antes. “No hay beneficios a largo plazo en la medicación, pero el uso de mindfulness parece estar haciendo trabajar las mismas zonas del cerebro que muestran actividad reducida en el TDAH”, dice Goleman.

Y suma los estudios de otros dos expertos: Stephen Hinsha, de la Universidad de Berkeley; y James Swanson, de Irvine. Hinshaw asegura que es el momento oportuno para explorar la eficacia de las intervenciones no medicamentosas. Swanson coincide: “Era escéptico hasta que vi los datos, y los hallazgos son promisorios ”, dijo.

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