Psicotécnicos: 9 malas prácticas en la carretera que te hacen odiar al ser humano

Psicotécnicos: 9 malas prácticas en la carretera que te hacen odiar al ser humano

 

Para algunas personas, conducir es un placer. Para otras, es sólo una acción como otra cualquiera. Hay que hacerla y ya está. Pero independientemente de si nos gusta conducir o no, hay veces en las que llegarías a odiar al ser humano.

Muchas veces ese pensamiento viene inducido por comportamientos egoístas de otros usuarios de la vía, donde se olvidan que no están solos en la carretera y actúan sin consideración por las reglas de conducción y creando situaciones de peligro. En definitiva, sin consideración por los demás.

Efecto mirón

accidente

Hay un atasco en la autovía y no sabes por qué. Después de un tiempo llegas a la altura de un accidente, en los carriles contrarios, y es cuando te das cuenta que todo el mundo reduce para mirar. Incluso alguno se ha detenido y se queda mirando. (Lo he visto de mis propios ojos y esa persona hizo caso omiso a los klaxons y golpes con la mano en su coche que le daban otros conductores, él seguía mirando).

Pararse para mirar un accidente, para empezar, denota cierto morbo. Hablando de un accidente, quizá con víctimas, no dice mucho de esa persona como ser humano. Como automovilista no tiene consideración por el atasco que está causando. Y si es de los que se detiene o reduce bruscamente, incluso podría provocar otro accidente.

En la parrilla de salida

Semaforo

Esta situación es también muy habitual por desgracia. Llegas a un semáforo en rojo y ya hay un coche delante tuyo. El conductor de ese coche está continuamente avanzando unos centímetrtos mientras está el semáforo en rojo, como si se preparase para una carrera. Finalmente, cuando se pone verde, tarda en arrancar o incluso se le cala el coche.
¿Tanta impaciencia para qué? No solamente está desgastando inútilmente el embrague de su coche -si es manual- y aumentando el consumo de su coche sino que además entorpece la circulación de los demás usuarios.

No nos moverán

Cruce bloqueado atasco

Al circular por la ciudad hay una regla básica de conducta que nos dice que no debemos quedarnos parados en los cruces. Si hay tráfico, esperas a tener un hueco al otro lado de la calle. En los grandes cruces conflictivos, la señalización horizontal ya nos lo recuerda. Aún así, siempre hay alguien que hace caso omiso y se queda ahí. Espera avanzar, pero los semáforos en su calle se han puesto en rojo y en la calle que está bloqueando, han pasado al verde. Bravo. Acabas de crear otro atasco.

Existe una variante. El que no se mueve y bloquea la calle a pesar de que hay un vehículo de emergencia acercándose detrás de él, con las sirenas y las luces de emergencia puestas. Nos irrita sobremanera porque en esa ambulancia, por ejemplo, podría haber una vida en juego. Y en ese caso, no pasa nada si has de saltarte el semáforo en rojo para dejarlos pasar.

No usar el intermitente

El intermitente, ese equipamiento obligatorio en todos los coches, que algunos conductores no usan. Si vas conduciendo y giras a la derecha o izquierda al último momento sin antes haber indicado tus intenciones con el intermitente, me irrita porque has podido sorprenderme. Si no lo usas en una rotonda, te odiaré porque es sencillamente peligroso.

No mirar por los retrovisores

Curiosamente, muchos de los que no usan los intermitentes, tampoco usan los retrovisores y cambian de carril sin mirar. Algunos de estos conductores sin educación ya los detectas, sobre todo por la mañana. Vas por el centro de la ciudad y el coche que tienes delante lleva los espejos retrovisores todavía plegados. Claramente, nunca los mira sino se habría dado cuenta que están abatidos. Y todavía no se usan cámaras a modo de retrovisores.

Las bicicletas son para todos, no para todo

Ciclista imprudente

Con el auge de los servicios de bicicletas públicas, mucha gente ha redescubierto el placer de andar en bici. Vas a otro ritmo y te mantienes en forma. Pero algunos ciclistas (y no solamente los de servicios de bicis públicas) consideran que las señales de tráfico, como los semáforos o cedas, son sólo para los coches. Es sencillamente peligroso, para ti, ciclista, como para otros usuarios (peatones, motos, etc).

Yo primero

conducir de noche

Circular de noche es una actividad un poco más arriesgada que hacerlo de día. Como la visibilidad baja mucho, si no hay tráfico de frente o que nos preceda, podemos usar las “luces largas” fuera de las zonas habitadas. El problema es que algunos ponen las largas y las dejan, cegando al que viene de frente.

No solamente es egoísta, está claro que cegar a los demás te da igual, sino que también es peligroso. El coche que has cegado, al salir de una curva quizá, se podría desviar y chocar contra tu coche. De poco te servirán entonces las largas. Y si lo haces porque no ves bien, pues quizá deberías asumirlo y no conducir de noche.

Por el centro

autovia carril central

Dicen que en el centro está la virtud. En otros ámbitos no sé, pero en la carretera desde luego que no. En las autovías y autopistas de Europa continental se circula por la derecha, no por el carril del centro. Y no, el carril derecho no es exclusivo de los camiones: es obligatorio para todos.

Algunos lo harán por pereza, por despiste o porque sí y otros lo hacen porque “luego puede haya que adelantar un camión”. En ese caso, cabe recordar que la anticipación al conducir un vehículo es clave y es algo que nos han enseñado en la autoescuela. Pruébalo de vez en cuando, el carril derecho no da alergias. Es algo que odiamos porque esa acción genera más circulación en los carriles izquierdos, mientras que el derecho está vació.

Juntos, pero no revueltos

no respeto distancia seguridad

Por último, la práctica que más odio y sin duda una de las más peligrosas. El energúmeno que se siente la imperiosa necesidad de pegarse a la zaga de tu coche. A veces, se acercan tanto que parece que el conductor del otro coche está sentado en los asientos traseros del tuyo.

No solamente avasallar así al resto de usuarios nos deja claro que tipo de persona es, como ser humano, sino que además es una acción muy peligrosa. Ponen en riesgo su propia vida y la del resto de usuarios de la carretera. ¿Acaso realmente se creen que a 120 km/h dejando 3 metros de espacio podrán frenar a tiempo si el coche que les precede tiene que reducir su velocidad bruscamente?

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