Psicotécnicos: Astenia primaveral: cómo evitar que te afecte al volante

Psicotécnicos: Astenia primaveral: cómo evitar que te afecte al volante

 

Hace ya unos días que ha comenzado la primavera. Esta es una de las temporadas predilectas para muchos y no sin razón: florecen los almendros, el sol se deja descubrir tras los meses fríos y apetece salir a disfrutar de unos días cada vez más largos. Por contrapartida, la primavera trae cambios que, en muchos casos, nos afectan en nuestra rutina diaria y a los que nuestro cuerpo debe de adaptarse.

A esta serie de síntomas se les conoce como astenia primaveral y es una “epidemia” que cada vez afecta a más personas. El cansancio, la fatiga y la somnolencia, unidas a una mayor dificultad en la concentración  pueden afectarnos directamente, entre otros casos, durante las largas horas que pasamos dentro de nuestros vehículos y, por tanto, afectan a nuestra conducción y seguridad.

¿Qué es y por qué surge en esta época?

La astenia primaveral inunda el ánimo de muchos, a pesar de que por el momento no existen evidencias científicas que demuestren su origen. Lo cual no quiere decir que no esté cada vez más extendida entre muchos sectores de la población. Como hemos dicho al comienzo, es un fenómeno que nos debilita física y mentalmente provocando despistes y confusiones así como una sensación de eterna vagancia y apatía. Esta falta de energía se le atribuye a los primeros latigazos de la primavera en nuestro organismo.

En general, la astenia primaveral (a diferencia de la astenia crónica) es un episodio que no tiene por qué ocurrir año tras año, pero que dado el caso puede incrementar otros trastornos presentes como el insomnio, la ansiedad o el estrés.

Su origen es consecuencia de los cambios bruscos de temperatura, el aumento de las horas de luz y el abandonar aquellos hábitos a los que nos habíamos acostumbrado en el otoño y el invierno. No existe un periodo ni razón clara de su aparición y sus síntomas pueden tener diferentes grados de intensidad según la persona, pero bien es verdad que las alergias y su malestar también hacen mella provocando una miscelánea de extrañas sensaciones en el cuerpo.

astenia

Algunas señales que nos alertan

Aunque la astenia primaveral solo afecta a un 2% de la población, es importante acertar a reconocer los primeros síntomas para evitar de esta forma las consecuencias negativas que puedan traernos a nuestra rutina y durante la conducción. Estas son las principales funciones que se verían afectadas según el Semergen (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria):

  • Funciones intelectuales: pérdida de la memoria, menor atención, concentración y vigilancia.
  • Funciones sexuales: disminución del deseo sexual y una disfunción eréctil.
  • Trastornos físicos: pérdida del apetito, fatiga muscular, y trastornos del sueño.

Para no hacer saltar las alarmas, esta sintomatología es siempre de carácter leve y pasajera, con una duración máxima de dos semanas y depende más de la persona el poder tomar la decisión de cuán vulnerable puede ser al volante o si sus capacidades están en perfectas condiciones.

No nos confundamos con las alergias

Las alergias también nos dan la bienvenida a esta estación del año y traen consigo sus propios síntomas, así como los efectos secundarios derivados de los medicametos que se ingieren para prevenirlas. Aunque sus síntomas son variados, no tienen tanta relación con la astenia, principalmente, porque físicamente afectan de forma más local, frente a las sensaciones generalizadas que provoca la astenia. El picor en los ojos, los estornudos, la mucosidad abundante provocados por una alergia leve pueden afectar enormemente en la conducción.

Por poner un ejemplo, un estornudo equivale a 2 ó 3 segundos de pérdida de control del vehículo y si a eso le unimos la mala visión producida por el escozor ocular, el resultado es sin duda peligroso.

Algunos consejos para combatirla

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Como hemos comentado, su origen no se debe a razones realmente tangibles sino más bien son fruto de un cóctel de circunstancias. Pero, ¿cómo podemos hacerle frente? Si queremos conducir de forma segura y estar cien por cien concentrados en la carretera cuando nos sentamos en el interior del habitáculo, es importante que nuestros hábitos sean correctos, independientemente de la estación del año y los cambios hormonales.

Prevenirnos ante posibles pérdidas de concentración, memoria o atención son la primera piedra para evitar que la astenia primaveral se convierta en un peligro para nuestra seguridad vial.

  1. Higiene del sueño: Ocho horas de sueño serán la cura frente al cansancio. No debemos escatimar a la hora de dormir para intentar estar lo más despejado posible, siempre dentro de unos límites. Respetar al menos veinte minutos de siesta y realizar algo de ejercicio, nos proporcionará un buen descanso, lo que ayudará, sin duda, a combatir esta sensación de apatía tan molesta.
  2. Hidratación: Una buena hidratación también influye en nuestro rendimiento cognitivo al volante. Beber dos litros de agua al día es fundamental para mantener el cuerpo hidratado; esto se puede complementar con infusiones y con zumos.
  3. Cuidar la alimentación: No realizar comidas muy abundantes ya que esto nos puede producir pesadez. En primer lugar, deberíamos controlar lo que comemos con unos cambios de hábitos saludables protagonizados por la verdura y frutas, productos frescos, con menos azúcar y grasas.
  4. Llevar un horario regular: Intentar marcar unas horas de comida y de sueño también nos ayudará a estabilizar nuestro cuerpo. No pasar mucho tiempo en la cama, pues puede incrementar la sensación de agotamiento.
  5. Descansar cada dos horas: Si realizamos viajes de más de dos horas, debemos ser rigurosos y parar y descansar cada dos horas.
  6. Ejercicio físico regulas: Si no queremos pasar por ejercicio intenso, siempre vale el movernos un poco. Para alejar los síntomas de fatiga y apatía no hay nada mejor como dejar de lado el sedentarismo.

Por último y no menos importante… ¡Ojo con los medicamentos! En el caso de las alergias típicas de la primavera lo más normal es que nos receten antihistamínicos y colirios. Si es así, deberás leer detenidamente los efectos secundarios ya que los primeros pueden darnos sueños y los segundos influir negativamente en nuestra visión.

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