El estado de las carreteras es uno de los factores de siniestralidad que más dependen de las Administraciones Públicas. Aunque la mayoría de kilómetros de las carreteras de la red viaria española poseen un buen nivel de seguridad, la seguridad se resiente en puntos específicos de la red convencional. Son algo más de 3.000 kilómetros los que presentan un nivel elevado o muy elevado de accidentalidad. ¿Dónde están?
Esta información es la que recopila el estudio anual EuroRAP, que centra su enfoque en la relación entre accidentalidad y el estado de la red vial del Estado. En el estudio han colaborado el RACC, el Ministerio de Fomento, la DGT, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y varias administraciones regionales.
El estado de las carreteras en ligera mejora
El estudio ha desvelado que en este último año ha habido un descenso de los tramos de carretera calificados como de riesgo elevado o muy elevado. Son los denominados tramos rojos o negros por el color que los identifica en el estudio.
Si este año son 3.018 los kilómetros que se sitúan en ese nivel de riesgo, el anterior año 2017 fueron 3.595 kilómetros. Esto supone un descenso en porcentaje del 2,2% del número de kilómetros con estas peligrosas características. Pese a esto, los tramos más peligrosos suponen un 12,2% de la red de carreteras. Si atendemos a un plazo más largo, en las últimas 7 ediciones del estudio la cifra ha descendido desde un 20,7% hasta el ya mencionado 12,2%.
Sigue quedando patente que las autopistas son las carreteras más seguras. En un 65% de la red de las mismas existe un riesgo muy bajo. Similar ocurre con las autovías. En la mitad de sus recorridos el riesgo de accidente es el mínimo en la escala del estudio.
Aragón, la Comunidad Autónoma con peor estado de carreteras
En estos casos, es más que relevante observar el reparto de los tramos más peligrosos según las regiones en la que nos encontremos. En ese sentido, Aragón aglutina un 35% de los kilómetros con mayor proporción de riesgo. Detrás de esta Comunidad Autónoma están Cataluña y Asturias. Cada uno tiene el 16% de los tramos más complicados.
Las características de la orografía de estos territorios hace, además, difícil una renovación efectiva de la red. En el otro extremo de la lista está La Rioja. Es la única región desprovista de tramos de riesgo elevado o muy elevado.
El caso de Aragón es, quizá, el más preocupante. Y es que en esta Comunidad Autónoma se han incrementado mucho el número de kilómetros con alto riesgo de sufrir un siniestro. En concreto han pasado de ser 514 kilómetros a 780 kilómetros en tan solo un año.
Huesca, la provincia con más riesgo
Si aplicamos un criterio provincial, Huesca es el territorio con mayor proporción de kilómetros con riesgo elevado o muy elevado. El 52% de su red se encuentra categorizada así. Le siguen Teruel con un 43% y León con un 32%. Dentro de la clasificación que el estudio también hace de los tramos más peligrosos, figuran 12 kilómetros de la N-230 entre Huesca y Lérida en segunda posición (dos accidentes anuales) y la variante de Sabiñánigo (N-330).
En primera posición, es decir, como tramo que presenta más probabilidad para un conductor de sufrir un accidente grave o mortal se sitúan la N-642 con 8,2 kilómetros entre el cruce con la N-640 y el cruce con la N-634 en Ribadeo.
Todas los tramos de este listado actualizado son carreteras nacionales de calzada única, con un carril por sentido de circulación. Las Comunidades Autónomas con mayor número de estos tramos son Galicia, Cataluña, Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha y Murcia.
Motocicletas y vehículos pesados
La accidentalidad de los tramos varía según el tipo de vehículo del que hablamos. Por eso, el estudio también incluye datos sobre las motocicletas y los vehículos pesados. En ese aspecto, los tramos con mayor concentración de accidentes de motos se localizan en gran ciudades, sobre todo en Barcelona, que cuenta con 5 tramos.
Es significativo, del mismo modo, que el 50% de los accidentes graves de moto y cliclomotor se concentren en tan solo 2.082 kilómetros de la red (en el 8,4%). Con los vehículos pesados ocurre algo similar. La mitad de los accidentes graves en los que se ven implicados tienen lugar en 4.194 kilómetros de la red (en el 16,9%).
Esta última estadística resulta fundamental para fomentar la prevención de futuros accidentes. De cara a alcanzar los objetivos de víctimas, el estudio concluye que es preciso dar un nuevo impulso a la seguridad vial en nuestro país. Así, se propone que se lleven a cabo las inspecciones y auditorías en todas las carreteras del país, estableciendo a la vez una clasificación pública sobre el grado de peligrosidad.
Se propone aumentar la inversión en el mantenimiento y crear un fondo extraordinario para la mejora de los sistemas de seguridad. Y es que, la mejora y mantenimiento de la red viaria es, como ha quedado tantas veces demostrado, un pilar clave para la seguridad vial, íntimamente relacionado con los límites de velocidad.