Psicotécnicos: El uso incorrecto de marchas largas reduce tu seguridad

Psicotécnicos: El uso incorrecto de marchas largas reduce tu seguridad

 

La crisis económica que nos lleva azotando los últimos años ha hecho que cada vez sea más caro desplazarnos utilizando el coche, poniendo de moda tendencias como la conducción eficiente. Simplificando mucho, la conducción eficiente engloba una serie de pautas de comportamiento al volante junto con ciertas técnicas que nos permiten no solo reducir nuestro gasto en combustible, sino también los costes de mantenimiento de nuestro vehículo. Una de las técnicas de conducción eficiente más extendidas es el uso constante de marchas largas, del que hablaremos en este artículo.

Sin embargo, la falta de información ha hecho que muchos conductores apliquen algunas técnicas de conducción eficiente de forma incorrecta e incluso peligrosa.

Cuenta revoluciones

Sin embargo, el uso incorrecto del cambio de marchas para ahorrar combustible no solo pone en peligro la mecánica de nuestro vehículo, si no que compromete gravemente nuestra seguridad. Si usamos marchas demasiado largas estaremos haciendo funcionar nuestro motor a una velocidad a la cual no nos podrá brindar una cantidad de par y potencia suficientes para afrontar una situación de emergencia.

Imaginemos que estamos conduciendo nuestro vehículo en cualquier cuidad española un día de lluvia. Nos aproximamos a una glorieta a unos 50 Km/h en 4ª velocidad, con el motor a unas 1.300 revoluciones, porque “así ahorramos combustible”. Entramos a la glorieta a unos 40 Km/h, pero por la intensa lluvia no nos percatamos de un charco que provoca aquaplaning y nos hace perder la trasera de nuestro coche. Como sabéis, si vuestro vehículo es tracción delantera, la mejor forma de combatir un sobreviraje repentino es acelerar a fondo y realizar un contravolante suave.

Jacky Ickx realizando un contravolante en su Lotus

El problema es que estamos circulando a algo más de 1.000 revoluciones, donde es probable que nuestro coche no tenga suficiente par, lo que hará que acelerar para recuperar el control del coche sea imposible. Si hubiésemos entrado en la glorieta en una marcha que hiciera que el motor girará en su zona de par, al acelerar hubiésemos obtenido una respuesta instantánea que nos habría permitido volver a recuperar la trayectoria.

El uso de marchas que nos permitan obtener el máximo par de nuestro motor en momentos críticos no se limita a circunstancias con firme mojado o en zonas de curvas. Sin ir más lejos, hace unas semanas un servidor pudo evitar un accidente bastante grave gracias a llevar una velocidad corta. Os pongo en situación: íbamos tres coches de amigos por una carretera convencional camino de una fiesta. El primer coche iba de guía mientras que yo cerraba el pelotón.

En una recta infinita de visibilidad perfecta nos teníamos que apartar por un camino de tierra a nuestra izquierda. Los tres indicamos la maniobra con los intermitentes y empezamos a frenar. Echo un ojo por los espejos y veo que los coches que nos siguen frenan sin problemas. A unos 50 metros del camino por el que teníamos salir ya iba circulando a unos 35 Km/h y acababa de reducir a 2ª velocidad. En ese momento echo un último vistazo al espejo del conductor cuando veo un tercer coche que se aproxima a gran velocidad.

Accidente en Badajoz

En el momento en el que escuché el primer impacto piso el acelerador a fondo, lo que me permite ganar unos metros cruciales para evitar por centímetros que el amasijo de hierros en los que se habían convertido los dos coches que me seguían colisionen conmigo. Si hubiese seguido los consejos de algunas guías de conducción eficiente que recomiendan circular a los 35-40 Km/h en los que me movía yo en en ese momento en 3ª o incluso 4ª velocidad el motor estaría fuera de su zona de par y no hubiese respondido a tiempo.

Esto no quiere decir que el uso de marchas largas no esté recomendado en ciertas situaciones. En autovía o en carretera a velocidades de crucero es evidente que el uso de la marcha más larga posible nos ayudará a reducir consumos, emisiones y requerirá de un menor esfuerzo de la mecánica.

Sin embargo, en zonas de curvas, calzada con poca adherencia o situaciones de tráfico complejas, el uso de marchas cortas que hagan girar al motor de su zona de entrega de potencia óptima nos brindará un mayor control sobre nuestro vehículo, permitiendo superar situaciones de emergencia con mayores garantías.

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