Psicotécnicos: España está entre los países europeos con menos radares en sus carreteras

Psicotécnicos: España está entre los países europeos con menos radares en sus carreteras
  • Cerca del 60% de las denuncias formuladas en las carreteras españolas por las autoridades de tráfico son por exceso de velocidad, y la mayoría son captadas por radares fijos.

 

La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene controlados como peligrosos en torno a 1.500 tramos, lo que significa un total de alrededor de 25.000 kilómetros de nuestra red de carreteras. Tramos en los que controla la velocidad a la que se circula con cerca de 600 radares fijos a los que une los radares móviles que va cambiando de ubicación, y los radares de tramo -que superan los 1.000-. En total más de 850 radares para controlar que no se superen los límites de velocidad, a los que une además los ocho efectivos helicópteros con radar Pegasus y los recientes 6o velolaser que han entrado en funcionamiento.

Cerca del 60% de las denuncias formuladas en las carreteras españolas por las autoridades de tráfico son por exceso de velocidad, y la mayoría son captadas por radares fijos. Aún así, España no es, pese a lo que podamos pensar, el país europeo con más radares en sus carreteras.

 

 

En nuestro país solo existen alrededor de 1.000 radares, cuando, por ejemplo, en Reino Unido este número es de 7.000 y en Francia, de 4.000. Según información de la plataforma SCDB.info, una base de datos de estos sistemas de detección en 79 países, el número total de radares fijos en España es de 1.738, incluyendo los diferentes tipos. Esta cifra supone una densidad de estos dispositivos de 3,4 por cada mil kilómetros cuadrados, según cálculos de Statista, lo que le sitúa en una posición intermedia entre los países europeos. Eso sí, esta se encuentra por debajo de Francia, con 6,3 unidades por cada mil kilómetros cuadrados, y Gran Bretaña, con 31,3 unidades.

 

Estos cálculos justifican que, a final de enero de este año, la DGT de España anunciara que aumentaría el número de radares estacionales en 40 unidades a lo largo de 2019. La colocación de los radares tampoco está planificada con la intención prioritaria de prevenir los accidentes, tal y como señala Pepe Navarro.

No osbtante, lo que encontramos, gracias a un profundo estudio de la empresa DVuelta, de defensa de los conductores, es que solo cuatro de los diez tramos más peligrosos de las carreteras españolas tienen un radar ubicado a tal efecto. Los cuatro tramos se extraen al cruzar los datos de radares existentes y siniestralidad de acuerdo al último informe EuroRAP 2017.

Son los que corresponden a la Nacional 120 en Lugo, entre los puntos kilométricos 535,2 al 549,5.El radar móvil cubre aquí el tramo que va del 534,960 al 549,110. El segundo de estos radares está en la N-541 de Pontevedra (entre los kilómetros 75,2 al 87); el tercero se ubica en la N-234 de Soria, con cinco radares móviles y fijos, que cubre el punto negro que comprende los puntos kilométricos 398,2 al 408,4. Y, por último, hay dos cinemómetros móviles en la N-630 de Asturias, entre los kilómetros 66,6 y 87,1.

Con esta radiografía, pierde fuerza la idea de que los radares se instalan buscando la conducción más prudente, alertan varios expertos en seguridad vial.

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