Psicotécnicos: Incendios en el automóvil: una posibilidad para la que hay que estar prevenidos

Psicotécnicos: Incendios en el automóvil: una posibilidad para la que hay que estar prevenidos

 

Siempre hablamos de los incendios en el hogar o en el campo, aunque lo cierto es que también el vehículo, un lugar donde pasamos parte de nuestro tiempo cuando viajamos, ya sea para acudir al trabajo, ir de compras o simplemente acudir a un destino vacacional, puede verse envuelto en llamas y sufrir el tan temido incendio por cualquier causa.

El fuego arrasa todo lo que se encuentra a su paso y es uno de los peores enemigos que nos podemos encontrar en la carretera, o peor aún, en nuestro coche. Por ello es muy importante saber cómo se produce y cómo actuar para que el incidente no vaya a mayores.

Un total de 143 personas perdieron la vida en 2015 como consecuencia de un incendio o una explosión, un 11,7% que en el año anterior, tal y como revela el estudio ‘Víctimas de Incendios en España en el 2015’, elaborado por la Fundación MAPFRE en colaboración con la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos.

Causas de un incendio en el automóvil

Se calcula que cada año arden en España del orden de 600 coches, siendo la mayoría de ellos producidos en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona. Aunque todos estamos expuestos al peligro. Pero, ¿por qué se puede incendiar el automóvil? No es fácil saberlo, aunque cualquier vehículo convencional porta un motor térmico que dispone de combustible líquido para que produzca energía, según apuntan desde Cesvimap, el Centro de Experimentación y Seguridad Vial de MAPFRE. Aunque éste no es el único componente del automóvil que puede arder, pues además del motor, existen otros materiales combustibles, que en combinación con una fuente de calor, pueden ser los causantes del comienzo de la llama y el posterior progreso del fuego, tal y como te lo explicamos en Circula Seguro.

Las sobrecargas o el mal funcionamiento eléctrico, también son causantes

El aceite del motor o del cambio, los líquidos de frenos, la gasolina o el gasóleo, son solo algunos de los combustibles líquidos existentes en la prácticamente totalidad de los automóviles que circulan hoy en día. Además, la ignición de los combustibles sólidos, así como los protectores plásticos de los cables, son muchas veces los causantes, debido a sobrecargas o un mal funcionamiento eléctrico.

También existen otros elementos del vehículo que pueden arder muy fácilmente al contacto con una fuente de calor, caso de los recubrimientos plásticos y tapicerías, cuyas fibras, salvo en los coches que llevan piel, tienen en la mayoría de los casos un origen sintético. Esto significa que se realizaron a partir de hidrocarburos, al igual que los plásticos del salpicadero y de las puertas y el humo que producen al contacto con el fuego es altamente tóxico.

La batería también puede ser causante del incendio

También resulta una fuente potencial de calor la batería del vehículo, como elemento electroquímico acumulador. Una deficiente manipulación de la misma o el mal estado de los bornes de conexión, pueden producir chispas causadas por un mal contacto eléctrico.

En cualquier caso, está claro que para que se produzca un incendio tiene que haber una fuente de calor que lo desencadene. Aunque la principal es el motor térmico, quien es el encargado de producir la necesaria para que el automóvil se desplace, también producen calor, aquellos sistemas en los que hay fricción entre los elementos, caso de los frenos.

 

El conductor también puede causarlo

Aparte de las causas mecánicas, determinadas acciones del conductor pueden desencadenar en un incendio, tales como la caída accidental de un cigarrillo en la tapicería o de un mechero o cerilla sobre algunos de los materiales del habitáculo como telas, guarnecidos, recubrimientos plásticos, etc.

Hasta un mechero mal encajado u otro accesorio que presente su base deteriorada pueden provocar el calor necesario para que el incendio en el interior del coche se produzca.

Y eso no es todo, pues el hecho de transportar materiales peligrosos, potencialmente inflamables y explosivos, en vehículos particulares, pueden ocasionar el incendio. Dicho materiales pueden llegar a generar elevadas concentraciones de vapores inflamables, provenientes de recipientes de pinturas y disolventes, entre otros, mal cerrados y aislados.

Prevenir antes de curar

La mejor forma de prevenir un incendio es un adecuado mantenimiento del vehículo, nada como tenerlo en perfecto estado de funcionamiento. Ello no solo propicia un correcto funcionamiento de sus elementos electromecánicos, sino que también asegura un buen estado de las instalaciones.

Un mantenimiento inadecuado, especialmente en las instalaciones eléctricas, puede producir fisuras en protecciones plásticas generadas por un arco eléctrico entre el cable y la carrocería, que puede desencadenar en un cortocircuito.

 

¿Cómo actuar ante un incendio?

Ante todo mantén la calma y la mente fría para proceder con rapidez y eficacia, aparte de llamar a los servicios de emergencia lo antes posible.

  • Estaciona en un lugar seguro y para el motor. Después de estacionar en un lugar donde la calzada se encuentre limpia, que no haya hojarasca, papeles o plantas u otros materiales, que puedan arder fácilmente. Algunas veces podrás percatarte del incendio por la existencia de humo o fuego y otras, simplemente porque olerás a quemado.
  • Sal del vehículo, con el chaleco reflectante puesto y ayuda a evacuar a los ocupantes. Deberás hacerlo de manera ordenada y al menos, a 50 metros de distancia del mismo para que no inhalen gases tóxicos, estén resguardados de las llamas y a su vez, se encuentren libres de peligro ante la falta de visibilidad en la carretera a consecuencia del humo provocado por el incendio.
  • Llama al servicio de emergencias (112) para avisar del incendio, la situación de los ocupantes y la localización del incidente, indicando el punto kilométrico en el que te encuentras.
  • Una vez que has cumplido el protocolo PAS (Proteger, avisar, socorrer), que recomienda la DGT, trata de acercarte al vehículo, manteniendo siempre y en todo momento, una distancia prudencial y observa de dónde procede el humo para orientarles del foco del incendio, una vez lleguen los servicios de emergencia.
  • Por último, jamás trates de apagar el fuego a menos que tengas un extintor. Un elemento de cuya utilidad y recomendación, ya te hablamos en Circula Seguro.

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