Psicotécnicos: La prohibición de fumar en el coche vuelve a ser debate público

Psicotécnicos: La prohibición de fumar en el coche vuelve a ser debate público

Un nuevo capítulo saca de nuevo a la luz el debate sobre el hábito de fumar en el coche. Representantes políticos de todos los colores se unen a asociaciones médicas y a la comunidad científica en su lucha contra los malos humos. El interior del vehículo se suma ahora a otros espacios de convivencia, como la playa o los espacios deportivos, en donde se podría prohibir este hábito. Pero la aparición de nuevas formas de consumir tabaco añade más incertidumbre sobre qué se puede y qué no se puede prohibir dentro de un coche.

Espacios públicos libres de humos

Fumar en el coche a debate

Varias han sido las voces autorizadas por parte de los partidos políticos, que han demostrado un consenso casi unánime en su intención de legislar en contra del tabaquismo. Desde representantes del Ministerio de Sanidad hasta miembros de PSOE, Podemos y Ciudadanos en la Comisión de Sanidad del Congreso, han coincidido en la necesidad de llevar a cabo actuaciones, y han incidido en dos puntos clave: rechazar de igual forma los derivados del tabaco, y avanzar en la creación de espacios sin humos, incluido el coche.

La necesidad de extender la prohibición de fumar a más espacios públicos viene de muy atrás. Se pone el punto de mira en espacios abiertos que, si bien son al aire libre, se consideran de gran afluencia de público y en general de necesaria convivencia entre todos. Estamos hablando de recintos deportivos, terrazas de establecimientos hosteleros, playas, etc. Básicamente es entender que nuestro humo molesta y perjudica a la persona que tenemos al lado.

Proteger a los ocupantes del coche

Fumar en el coche a debate

El otro campo de batalla es el coche. Como ya vimos en Circula Seguro, las asociaciones médicas Semergen, Separ y SEMT se pronunciaron recientemente a favor de legislar contra el tabaco en los vehículos. Para ello, pidieron a la DGT que se prohíba fumar en el interior de los vehículos tanto si el fumador es el conductor como si lo es uno de sus ocupantes.

Por un lado, fumar en el coche supone un problema de salud pública, al demostrarse que el efecto del tabaco se multiplica en el interior de un vehículo para todos los pasajeros del mismo. Si en condiciones normales una hora de exposición al humo le supone al fumador pasivo como tres cigarrillos, hagamos las cuentas de lo que supone en el interior del coche.

Además, las autoridades médicas hacen hincapié en la necesidad de proteger a los más pequeños, especialmente vulnerables a los efectos del tabaco. Al encontrarse un niño en fase de crecimiento, y su sistema pulmonar aún por desarrollar, las sustancias cancerígenas pueden producirle problemas bronquiales y graves enfermedades respiratorias en el futuro.

Fumar, fuente de distracción para todos

Fumar en el coche a debate

Otra clave está, por supuesto, en que seguimos creyendo que el coche es como nuestro hogar, y se nos olvida que estamos en un montón de kilos de hierro circulando a alta velocidad por la carretera junto a otros usuarios. En este sentido, fumar podría constituir una infracción al artículo 18.1 del Reglamento General de Circulación, que habla sobre las obligaciones del conductor de “mantener su propia  de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción”.

Fumar al volante  supondría en este contexto un elemento de distracción al conductor, pues el mero gesto de buscar el paquete de tabaco o encender un cigarrillo puede suponer cientos de metros sin prestar atención a la carretera o sin manejar el volante con la suficiente firmeza. Incluso si el fumador es otro ocupante, la mera acumulación del humo en el habitáculo puede producir picores, tos y otras afecciones que reduzcan notablemente las capacidades sensoriales del conductor y por tanto su capacidad para conducir.

Además, acciones habituales de los fumadores como arrojar colillas por la ventana, puede constituir una falta al estar expresamente recogido en el Artículo 4 del RGC, que habla de “Actividades que afectan a la seguridad de la circulación”. En este sentido, se entiende que lanzar una colilla por la ventana a determinada velocidad puede entorpecer o asustar a los usuarios que vengan detrás nuestra.  Incluso puede ser considerado delito penado con años de cárcel si con ello podemos provocar un incendio, tal como se recoge el Artículo 6 sobre “Prevención de incendios”.

Nuevos productos del tabaco

Fumar en el coche a debate

Otro motivo de preocupación de más reciente aparición es el consumo de productos alternativos derivados del tabaco. En ellos se engloban los ya conocidos cigarrillos electrónicos, pero también los más novedosos calentadores de tabaco. Aunque son presentados por la industria como menos dañinos para la salud, siguen suponiendo al consumidor una fuente de nicotina y otras sustancias cancerígenas como el formaldehido y acetaldehído.

Pero al no producir humos (los cigarrillos electrónicos producen vapor y los calentadores de tabaco emiten aerosoles) su consumo podría estar más aceptado. Además, son presentados en formatos cuidadosamente diseñados, con aspecto de complementos de lujo o de sofisticados gadgets, con el objetivo de enganchar a colectivos especialmente receptivos como el femenino o el de los jóvenes.

Aunque el número de consumidores ha caído considerablemente en las últimas décadas, en nuestro país aún hay un 25% de españoles que fuman. Se teme que con estos nuevos formatos se produzca un nuevo resurgimiento del consumo de tabaco, con todo lo que ello supone.

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