Los adultos inculcamos a los niños, ya sea en el entorno familiar o en el colegio, incluso en la inmensa mayoría de los medios de comunicación, que la violencia y la guerra son malas per se… “estamos hartos de decírselo”, grita la escritora Isabel Cañelles; pero la verdad es que los seres humanos somos unos incompetentes y unos torpes a la hora de evitarlas, ya que nuestra respuesta más lúcida hacia la violencia suele ser más violencia; y no solo entre países o culturas diferentes, sino en nuestra opulenta y consumista sociedad democrática o en el mismísimo salón de nuestra casa. De hecho, es algo tan natural en la educación de nuestros hijos desde que nacen, que a veces nos devuelven esta pedagogía con una bofetada de argumentaciones inocentes
Pacifismo mal entendido
Estamos comiendo con mi madre y con Germán.
-Papá, ¿en la guerra moría mucha gente? -pregunta Elmo.
-Mucha. Y todavía sigue muriendo gente en las guerras -dice Germán.
Mi madre interviene.
-No debería haber guerras. Son horribles.
-¿Sabes qué haría yo para que no hubiese guerras? -dice Elmo con entusiasmo.
-¿Qué? -le preguntamos, intrigados.
-Mataría a todos los soldados -dice, convencido-. Así no habría más guerras.
“Pacifismo mal entendido” es un relato breve de la escritora Isabel Cañelles (Editorial Relee).