Psicotécnicos: ¿Me pueden sancionar si conduzco con chanclas?

Psicotécnicos: ¿Me pueden sancionar si conduzco con chanclas?

 

 

La conducción de cualquier vehículo requiere ir concentrado y atento para manejar correctamente los diferentes mandos del vehículo. Los pedales que controlamos con los pies son algunos de ellos y no todos los zapatos cumplen bien esa función. A la hora de pisar o soltar los pedales del coche, ya sea para frenar o dejar de acelerar, el calzado nos tiene que transmitir buenas sensaciones de flexibilidad pero también de firmeza ante cualquier imprevisto al volante.

Además, como ya vimos, la postura correcta durante la conducción también está relacionada con la importancia de un calzado adecuado antes de sentarse en el asiento. Por eso, el calzado no debería pasar desapercibido, no sólo por una buena higiene postural sino también por cuestiones de seguridad vial. Hoy, nos centraremos en el calzado como elemento que puede influir de manera negativa en la conducción. Pero, ¿qué nos dice la norma sobre la utilización de un calzado inadecuado?, ¿podemos ser multados por ello?

Conducir con algunos zapatos puede ser un peligro

conducir chanclas

En ésta época del año en la que estamos más relajados por tener más tiempo de ocio o por el clima que nos invita a ir más cómodos, puede que olvidemos algunos detalles que parecen insignificantes pero que podrían influir a la hora de realizar una maniobra evasiva para evitar un incidente al volante. La comodidad no está reñida con la seguridad vial. Un buen ejemplo de ello sería sobre la elección del tipo calzado a la hora de conducir. En realidad, puede ocurrir que de vacaciones tengamos que desplazarnos tras pasar un día en la playa con el vestuario típico de verano y sin contar con los zapatos habituales como cuando vamos o volvemos del trabajo.

Un olvido que nos puede costar un disgusto si por no llevar el calzado adecuado no somos capaces de controlar los pedales del embrague, acelerador y freno. Unas chanclas pueden desplazarse o desprenderse con mucha facilidad de nuestro pie y provocar una deceleración brusca o pérdida de fuerza sobre el pedal de freno. Todo lo que sea perder superficie de apoyo y sensibilidad con los pies mermaría las maniobras de respuesta con nuestro vehículo. Del mismo modo, ir descalzo perjudicaría aún más el uso correcto de los pedales. Por lo tanto, necesitamos un calzado adecuado para conducir con seguridad y está claro que unas chanclas no forman parte de ese calzado.

El Reglamento General de Circulación, en uno de sus artículos, nos dice que: “Los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos, su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía…”

Lo cierto es que no se hace mención sobre el tipo de vestimenta (incluyendo al calzado) que debemos usar al volante, aunque todos sabemos que conducir con chanclas no es lo más recomendable. Por lo tanto, llevar chanclas durante la conducción no está estrictamente prohibido pero si un Agente de Tráfico aplica el artículo mencionado en un conductor que va descalzo, con chanclas o cualquier otro calzado inadecuado, éste podría ser sancionado por considerar, por ejemplo, que se ha limitado la libertad de movimientos para controlar los pedales del vehículo.

¿Cuál es el calzado adecuado para conducir?

Al igual que las casas se empiezan por los cimientos o suelo, la conducción segura arranca o se empieza por los pies. Las chanclas abiertas, chancletas, sandalias, zuecos sin sujeción, zapatos de tacón, zapatos con alzo o plataforma, botas camperas, botas de trabajo o de montaña, no son el calzado más recomendable para conducir con seguridad. El calzado adecuado para conducir es aquel que, sin perder flexibilidad, tenga una superficie dura en la base y se ajuste como si fuese un guante para nuestros pies. Para que esto sea así, el zapato que calzamos debe reunir al menos estas características:

-Flexible y con suela antideslizante que no sea ni muy gruesa ni muy fina.
-Ajustado pero sin apretar y sin holguras.
-Ligero y cómodo para cualquier época del año

Aunque resulte una obviedad, nunca está de más recordar que nuestro calzado debe estar seco y limpio. Si está lloviendo, haremos bien en pisar con fuerza algo de suelo seco antes de subir al coche y, una vez en el interior, golpear repetidamente la alfombrilla del vehículo para acabar de secar la superficie de contacto del calzado con los pedales. No debemos olvidar tampoco que un buen zapato es aquel que permite tener una postura natural de nuestros pies para conducir durante un largo viaje sin causar molestias ni cansancio excesivo.

En definitiva, debe ser ergonómico y sin necesidad de estar pendientes de que se nos escurra el calzado y, sobre todo, para tener los pedales bajo control. Así que no cuesta nada llevar en el maletero del coche un segundo par de zapatos o zapatillas. De esa forma podemos utilizar las chanclas para movernos por nuestro lugar de ocio, playa o piscina y cambiarnos de calzado cuando queramos conducir. Perderemos unos minutos pero daremos confianza y seguridad a nuestros acompañantes. Al volante: evita la sanción y, también, los riesgos innecesarios.

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