El ya pasado 2019 nos ha dejado unas estadísticas muy optimistas con el futuro de la seguridad vial. La DGT incluso quiso celebrar con nosotros los estupendos datos de un año que ha sido el que menos muertes en carretera ha tenido que sufrir: 1.098 víctimas. El balance anual fue muy satisfactorio en líneas generales pero, a pesar de la reducción de estos últimos años, hay una cifra que continúa incrementándose y que es la de los usuarios vulnerables. Peatones, ciclistas y motoristas son las principales víctimas en nuestras calles y carreteras y, especialmente, estos últimos, Desde 2009 no se obtenía una cifra de muertes tan alta.
Una tendencia que ha hecho saltar todas las alarmas
Como decimos, los fallecidos en coche se han reducido de forma considerable, mientras que las muertes de usuarios vulnerables aumentan progresivamente: 264 motoristas fallecidos (47 más que el año anterior), 115 peatones (22 menos que en 2018) y 40 ciclistas muertos, (4 más que el año anterior) componen el balance. La mala noticia es que, además, este dista mucho de ser un dato aislado, conformando una tendencia que no ha dejado de subir en los últimos cuatro años. El ministerio del Interior ya ha puesto el foco en los motoristas, admitiendo que este incremento ha hecho saltar todas las alarmas en la Administración. Desde hace más de diez años que no se obtenía una cantidad tan alta de muertes en moto, cuando se llegó a los 284 de 2009. Y esa es la gran preocupación.
Aunque el dato de los 1.098 fallecidos ha resultado moderadamente optimista, si miramos al detalle podemos observar que el 40% del total lo conforman este grupo de usuarios vulnerables, cuando en 2009 el porcentaje era del 30%. En cuanto a los motoristas, tal y como sigue la tendencia de los últimos años, los fallecidos van en aumento. Suben un 21,7% hasta los 264, pero que son 283 si sumamos a los de ciclomotor. A pesar de ello, una de las noticias positivas a destacar es que el dato de muertes en autobuses se ha quedado en cero por primera vez en la historia, mientras que en 2018 se habían registrado once víctimas.
La falta de experiencia y el envejecimiento del parque, principales razones
La realidad es que los fallecidos, en términos absolutos, se reducen ligeramente, pero los de usuarios vulnerables, grupo en el que se incluye a los motoristas, no paran de subir. Algunos de los factores se deben a cuestiones externas al conductor como pueden ser el aumento de los desplazamientos de ocio y de fin de semana por carretera, el estado de la vía o, básicamente, las condiciones climatológicas que afectan especialmente a los motoristas. En cualquier caso, por ejemplo, el porcentaje de accidentes imputable a la calzada suele ser del 2%-3%, una cifra no demasiado reseñable.
En cambio, el parque de motos sigue envejecido, con una media de antigüedad superior a los 15 años y con pocas posibilidades de renovación. Llama la atención que no se hayan planificado planes de financiación a la compra como sí se ha hecho con los coches o los vehículos eléctricos, algo que sin lugar a dudas impide el reciclaje y renovación del parque. «Llevamos 50 años culpando al conductor», decía Pere Navarro y quizá es momento de plantearse otra razón.
Otras causas de siniestro en vehículos de dos ruedas son las salidas de vía por exceso de velocidad, las distracciones de otros conductores o a la falta de pericia de los pilotos. Esta falta de habilidad se da principalmente entre los conductores de las franjas de edad más altas o entre aquellos que, teniendo el carnet de conducir que habilita a conducir una moto, lo hacen aún sin experiencia ni formación. Los conductores de más edad pero noveles suelen comprar motos de grandes cilindradas para salir de ruta de fin de semana y son el perfil que más accidentes sufren.
La DGT ya se ha puesto en marcha para este 2020
De la Unión Europea, España es el segundo país con más motocicletas y ciclomotores. Hasta 5,4 millones de unidades que conforman el 15% del parque móvil total. El pasado verano, los motoristas fallecidos representaban el 21% del total de fallecidos en accidente de tráfico, mientras que entre el 2010 y el 2014 el porcentaje se mantenía alrededor del 16%. A partir de 2015 subió hasta el 21% actual donde ya ha ido aumentado progresivamente.
La DGT ya ha decidido ponerse en marcha para revertir esta situación y este 2020 ha identificado 100 tramos de alta siniestralidad para motoristas, con el objetivo de trabajar en su señalización, mejorar su infraestructura y aumentar la vigilancia. Este año aumentarán, además, las campañas de concienciación y la promoción del airbag en las motos. Es curioso que de los 264 fallecidos, 11 de ellos no llevaban casco, un elemento que podría haber evitado su muerte.
La DGT lleva tiempo trabajando y ha preparado una serie de actuaciones (en total 17) en diferentes áreas. Estas se concretan en el plan de medidas especiales para la seguridad vial de motocicletas y ciclomotores, que entre otras cosas prevé el agravamiento de la sanción por no usar el casco y la obligatoriedad del uso de guantes.