Psicotécnicos: ¿Sabes circular en bicicleta cuando llueve?

Psicotécnicos: ¿Sabes circular en bicicleta cuando llueve?

Lluvia y bicicleta no suelen considerarse buenos amigos. Todos los riesgos y molestias que acarrean las precipitaciones cuando se circula en bicicleta son suficientes como para invitar a muchos a colgarla, no solo durante las jornadas más lluviosas, sino desde el otoño hasta la primavera. Ante esto, surge una cuestión inevitable. ¿Se puede circular con seguridad en bicicleta cuando llueve?

Como ocurre con el resto de vehículos, es recomendable tener en cuenta todas las diferencias que supone la aparición de la lluvia. El caso de los ciclistas (y también de los motoristas) lleva aparejado unas necesidades para cumplir con unas garantías concretas.

Aunque a muchos les pueda parecer impensable, lo cierto es que en gran parte de Europa la bicicleta tiene un arraigo tan especial como medio de transporte que algunos (o muchos) días de lluvia no suponen un impedimento para seguir utilizándola. Por el contrario, el clima más seco propio de tantas territorios de nuestro país lleva aparejado perpetuar la costumbre que relega las bicicletas al verano.

¿Qué tener en cuenta para circular en bicicleta cuando llueve?

La primera y más importante de las recomendaciones de aquellos a los que se les pase por la cabeza circular en bicicleta con lluvia tiene que ver con la mentalidad y el uso de este vehículo. Y es que transitar con lluvia puede resultar especialmente molesto, al menos para los que se atreven por primera vez a circular bajo estas condiciones.

La actitud y la seguridad en nuestra conducción son elementos indispensables. La posibilidad de que la lluvia, por su efecto persistente, pueda mermar la confianza en nuestra conducción existe. Conviene tenerlo en cuenta antes de pedalear, de cara a potenciar nuestra atención y concentración.

Visibilidad y adherencia

adherencia carril biciTransitar sobre mojado por ciudad requiere de nosotros casi las mismas pautas iniciales que cuando lo hacemos en seco, pero extremando aún más la prudencia y el respeto de las normas viales. La lluvia trae consigo un detrimento crucial en la visibilidad del ciclista y en la adherencia sobre el firme.

Por eso, es más fundamental que nunca respetar o incluso ampliar la distancia de seguridad con el resto de vehículos e incrementar nuestra atención sobre todo aquello que cambia con la aparición de las primeras gotas.

Resulta aconsejable constatar el estado de la carretera, sobre todo si, por ejemplo, circulamos por la zonas de la calzada donde es más probable que se haya derramado aceite o grasa. El mismo cuidado merece el paso sobre pasos de cebra y resto de señalización vial que resulte deslizante y escurridiza.

Por contraposición, visibilidad y adherencia no son obstáculos tan mayúsculos a estas alturas del siglo XXI. La tecnología vial al servicio de la bicicleta pone algunos remedios.

Bicicleta y equipamiento

Aunque la tecnología no va a hacer que deje de llover (de momento), es el principal factor para circular tan cómodos como seguros, comenzando con la propia bicicleta. No es lo mismo circular con una bicicleta MTB convencional con frenos de disco, que hacerlo con una plegable urbana, una de carretera o una bicicleta eléctrica. Cada tipo de bicicleta se adapta mejor o peor a las condiciones de lluvia.

En ese sentido, el diseño de las las mencionadas bicicletas de montaña aporta más estabilidad en lluvia. Sin embargo, no todo está perdido para el resto. Y es que, cada clase de bici cuenta con materiales específicos para pedalear con lluvia. Siempre podremos encontrar una cubierta o neumático fabricado con un compuesto y con un dibujo que nos permitirá optimizar la preciada adherencia.

Por tanto, elegir una cubierta adecuada es uno de los puntos más importantes para transitar con lluvia. Al mismo tiempo, casi todos los modelos permiten adaptarles otro elemento esencial si estamos pensando en circular en bicicleta cuando llueve. Hablamos de los guardabarros. No conviene menospreciar la cantidad de agua y suciedad que pueden llegar ahorrar, tanto a nosotros y como a los componentes de la bicicleta.

Equipamiento: di no al poncho y al paraguas

adherencia carril biciEl equipamiento y las prioridades del ciclista invernal coinciden en muchos aspectos con los que requieren las condiciones de lluvia. Es necesario hacer especial énfasis sobre algunos elementos. Aparte del encarecido uso del casco, la lluvia hará que valoremos especialmente la utilización de gafas de protección específicas. Estas son una ayuda más que inestimable para mantener una visibilidad digna.

Del mismo modo, hoy en día el mercado nos ofrece una gran cantidad de prendas para circular seguros en días de lluvia, olvidándonos de temeridades propias de otras épocas, como vestir largos ponchos o, incluso, circular llevando un paraguas. La vestimenta ciclista actual permite que impermeabilizar casi todo nuestro cuerpo.

Si entre toda esa oferta hay que destacar algo que pueda influir sobre la conducción en bici, habría que poner la atención sobre los guantes. La aparición de la lluvia puede traer el riesgo de entumecimiento. En el caso de las manos, esto resulta crítico.

Mantenimiento, ¿por cuánto sale montar con lluvia?

Como podemos comprobar, la lluvia en bicicleta lo hace todo más caro. De todos modos, los elementos mínimos de los que os hemos hablado hasta el momento tienen la ventaja de servirnos para largas temporadas, sin necesidad de volver a pagar por ello.

Esto cambia si nos fijamos en el mantenimiento de la bicicleta. La humedad y la lluvia consiguen que el estado de la transmisión o los frenos se degraden a una velocidad que siempre nos parecerá demasiado elevada. Es un aspecto que cuidar con frecuencia no dejando pasar intervalos de tiempo largos.

Es decir, resulta recomendable estar atentos a cómo el agua va afectando, no solo a nuestra salud, sino también a la salud de la bicicleta cuando llueve. Para estos casos, el mercado también ofrece soluciones específicas como son los lubricantes específicos para lluvia. En cualquier caso, todas estas partidas no elevan el coste del transporte en bicicleta por encima del de otros vehículos.

Por última, no conviene descuidar la visibilidad ajena. La lluvia también la reduce para el resto de usuarios de la vía y resulta importante para nuestra seguridad hacernos ver en los días más oscuros. Contar con una iluminación adecuada sería también una de las prioridades para circular bajo estas complicadas y húmedas condiciones.

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