Psicotécnicos: ¿Verdaderamente el coche en propiedad va a desaparecer?

Psicotécnicos: ¿Verdaderamente el coche en propiedad va a desaparecer?

 

Elon Musk dijo en una ocasión que poseer un vehículo a mediados del siglo XXI será tan inteligente como tener un caballo en la actualidad. Teniendo en cuenta que es alguien que vende coches, es posible que tengamos que tener en cuenta sus palabras. ¿Estamos en los albores de una burbuja de vehículos?

A medida que aparecen nuevos sistemas de transporte públicos y que la movilidad como servicio (MaaS) se atomiza en distintos tipos de negocio (BlaBlaCar, Uber, Car2Go…) parece que el vehículo privado va quedando obsoleto. Pero, ¿esto es así? ¿Estamos dejando de usar el coche?

La movilidad como servicio llega con fuerza (moderada)

Si el lector vive en Madrid es muy probable que esté acostumbrado a la movilidad como servicio. Hace años llegó Car2Go, luego Emov, y finalmente Zity, tan solo en carsharing. Si hablamos de motosharing hemos de incluir, como poco, a Muving y eCooltra. Y a estas flotas hay que sumar la miríada de bicicletas.

Pero si el lector vive en cualquier otra parte, que es lo más probable teniendo en cuenta que el 93,2% de los españoles no viven en Madrid, no habrá probado este sistema de transporte. Conocerá, probablemente, Uber y Cabify, muy extendidos, y algunos sistemas de bicicletas públicas.

Esto significa que la movilidad, al menos en España, no es igual en la capital que en el resto del país. Es normal: Madrid es un experimento debido a su elevada densidad poblacional. Si la movilidad MaaS no triunfa ahí, es improbable que lo haga en núcleos urbanos menos densos.

Si triunfa, pronto se extenderá a medida que los vehículos ganen autonomía. Ya está pasando con Zity, que cuenta con una flota de Renault ZOE con 300 km de autonomía real. Car2Go y Emov tendrán que invertir en otro tipo de vehículos para competir.

¿Por qué triunfa el carsharing? ¿Por qué parece el futuro?

Las cifras hasta ahora son buenas. La movilidad MaaS no solo triunfa: arrasa. Y no parece que se haya alcanzado ni de cerca el límite del mercado. En otras palabras, que caben muchas más operadoras y más flota. Algunas de las razones por las que se usa esta movilidad son las siguientes.

El carsharing es mucho más asequible que el taxi. Del orden de tres veces. Car2Go cuesta 0,21 euros el minuto, como Zity; y Emov 0,24. Un trayecto de 20 minutos en taxi cuesta unos 15 euros, pero en carsharing se queda en menos de cinco, según El Periódico.

Puede ser mucho más asequible que el transporte privado. Esto dependerá de cuántos minutos al día nos movamos en coche y cuántos seamos dentro de él. Si nuestro uso del coche es eventual suele estar más claro. El vehículo en propiedad tiene gastos fijos, mientras que la movilidad MaaS no.

Contamina menos, especialmente si tenemos en cuenta que son flotas de vehículos eléctricos. Un impacto ambiental grave que no solemos tener en cuenta es la fabricación del vehículo. Un coche privado está, de media, el 95% del tiempo perdiendo valor frente a un 5% en uso, y por tanto el impacto de su fabricación está mejor aprovechado.

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Esto último hace que recuperemos un espacio importante en las calles, pero también da pistas sobre el futuro de la movilidad. En el Plan A de calidad del aire en Madrid (del que hemos hablado en varias ocasiones) aparece que “un coche multiusuario sustituye a ocho coches privados, que pasan gran parte de su vida útil aparcados”.

Actualmente tenemos más coches de los que necesitamos

Esto también se reflejó vía nota de prensa del ayuntamiento, y es clave. Imaginemos un Madrid del que retiramos siete de cada ocho coches, y extrapolemos el concepto al resto de España. Por supuesto, la conclusión lógica es que vivimos en una burbuja de vehículos: tenemos más de los que necesitamos, y cuando nos demos cuenta la burbuja pinchará.

Incluso siendo cautos y guardando relaciones 2:1 en lugar de 8:1, significa que cada vehículo de carsharing puede hacer el trabajo de al menos dos coches actuales. Sabemos que puede hacer el de ocho, pero vayamos al caso extremo de que todos cogemos el coche a la misma hora y vamos a sitios distintos.

2:1 es una relación muy conservadora que dice claramente que la mitad de los vehículos de nuestro país no serán necesarios. Y probablemente este exceso llegue a límites como 5:1 si queremos contar tener presentes algunas interferencias como los coeficientes de simultaneidad y demanda (grandes eventos, fiestas nacionales, etc).

¿De qué depende que pinche la burbuja?

Cuando hablamos de burbuja pensamos en la crisis del ladrillo, pero la burbuja de vehículos, si pincha, tendrá un frenazo gradual. El motivo es el uso de diez años o más que le damos a cada vehículo, y el valor que tienen en el mercado. En el momento en que un coche se pone en circulación, pierde valor. Una vivienda no. No son burbujas comparables. La primera es especulativa y la segunda es de uso y tiempo.

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Un usuario que posea un coche desde hace siete años es improbable que lo venda para decantarse por la movilidad MaaS (aunque pasará eventualmente). Lo que es más probable es que aguante el vehículo hasta los 10-15 años y luego lo jubile. Y, entonces sí, se haga usuario de un transporte compartido. O no, porque puede adquirir otro vehículo y arrancar de nuevo el ciclo una, dos, tres veces más.

La relación 8:1 es teórica y experimental, pero no habitual, y ofrece muchas resistencias a la baja. Habrá quien siempre esté interesado en el transporte privado: porque le gusten los coches, porque trabaje lejos, porque sea una persona con minusvalía, por su tipo de ocio, etc.

También hemos de contar a los trabajadores que requieren hacer uso intensivo del coche. No pueden esperar a que un vehículo quede libre en las proximidades para cogerlo. El ejemplo más evidente es el de los transportistas, cuyo volumen de vehículos no es desdeñable (y de hecho lleva años disparandose).

 

Al vehículo privado todavía le quedan muchas décadas de uso, de ahí que nadie se lleve las manos a la cabeza ni cundan los gritos de pánico bursátil. Por un lado, somos conscientes de que el carsharing es el futuro a muchos años vista. Probablemente décadas. Por otro, antes de adoptarlo ha de extenderse por todo el mundo y cambiar, muy lentamente, el modo en que nos relacionamos con la movilidad.

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