Renovar carné de conducir: 6 malos hábitos que llevarán tu coche al taller

Renovar carné de conducir: 6 malos hábitos que llevarán tu coche al taller

 

Para ser un buen conductor está bien tener una serie de aptitudes. Pero para conducir bien lo que hay que tener es una buena actitud. Sin esa buena actitud desarrollaremos unas acciones que harán que la vida útil de nuestro coche merme mucho antes de lo que pensemos. Hablamos de los malos hábitos del conductor. Algunos de ellos los tenemos tan interiorizados que será difícil evitarlos. Para cambiarlos, lo primero que hay que hacer es conocerlos.

No cumplir con las revisiones recomendadas por el fabricante

Parece increíble pero existen muchos conductores, de cualquier género y condición, que creen que el único mantenimiento que hay que dar a su coche es echarles combustible. Obviamente no es así. Las revisiones indicadas por el fabricante están establecidas por algo. Estas sencillas inspecciones se pueden realizar en cualquier taller homologado donde se comprueba el estado general del vehículo y se reponen las piezas y componentes cuando sea necesario. Y cómo no, se cambian el aceite, filtros, y líquidos refrigerantes. Pero si lo que quieres es una matrícula de honor, ve más allá. Prueba a hacer un mantenimiento preventivo a tu coche. Aquí verás todo lo que puedes conseguir…

Conducir de forma agresiva… o demasiado tranquila

149075648

Sin prisa, pero sin pausa. Si conduces como si estuvieras escapando y/o esquivando una horda de zombies, mal. Circular constantemente al límite de la zona roja del cuentarrevoluciones provocará diferentes daños en el motor y componentes de tu coche. Esos dichosos acelerones harán que gastes más combustible, que contamines más, que los neumáticos se desgasten antes de tiempo… y finalmente, averías que hagan que pases por el taller por daños en el embrague, transmisión y caja de cambios.

Y tan pernicioso es conducir agresivamente como hacerlo a paso de tortuga. Porque una conducción eficiente no se puede confundir con llevar el coche a bajas revoluciones con una marcha alta. Puede que consumas menos combustible, pero no te compensará cuando te encuentres con problemas en el catalizador (motores de gasolina), filtro de partículas (motores diésel), cigüeñal, bielas y cojinetes de biela y bancada. En definitiva, la conducción eficiente es otra cosa, y te la contamos aquí.

Mal uso de los frenos

Relacionado directamente con una conducción violenta es frenar más de lo que se debería. Los sistemas de frenado están preparados para soportar un uso intenso, pero no de forma constante. Los mayores problemas que acarrea ir a trompicones son un gasto prematuro de las pastillas y discos de freno. Si aún así, sigues abusando de los frenos sin preocuparte del estado de las zapatas y los discos, terminarás dañando las llantas. Y créenos si te advertimos de que no querrás ni ver el presupuesto para sustituir las llantas. Por otro lado, usar bien el freno motor es otra de las cualidades de todo buen conductor.

No vigilar la presión de los neumáticos ni la profundidad del dibujo

525863839

Otra gestión obligatoria y que es gratis, es mantener la correcta presión en tus neumáticos. No tiene coste porque en cualquier gasolinera debería haber un manómetro (bien cuidado) de acceso público. Con respecto a la presión correcta, en ese manual que tienes guardado en la guantera de tu coche se indican los valores aconsejados. Por otro lado, si ves que tus neumáticos tienen un desgaste irregular, por favor, cámbialos ya. Recuerda que la profundidad mínima del dibujo de la rueda ha de ser de 1,6mm. No sólo es que te puedan multar, es que puedes provocar un accidente en cuanto llueva o circules sobre una superficie deslizante.

Si los neumáticos no tienen la presión adecuada gastarás más dinero en combustible. Se generará también un desgaste no uniforme de la rueda, lo que aumenta la distancia de frenado y las posibilidades de sufrir un reventón. Por último, no tener adecuadamente hinchados los neumáticos terminará afectando a la amortiguación. Y empieza a girar la bola de nieve. Si la amortiguación falla, el siguiente problema radicará en la dirección. Si la dirección no te responde, terminarás por no tener el control sobre tu propio coche… En definitiva, para evitar la visita al taller, controla la presión de los neumáticos. Con una o dos veces al mes basta, en función del uso que des a tu coche. No olvides que es mucho más importante de lo que parece.En este artículo te damos consejos de cómo mantener correctamente los neumático.

Mal uso del embrague

A veces, nos complicamos demasiado. El embrague sólo hay que pisarlo si se va a cambiar de marcha. No está junto a tu pie izquierdo para que sirva de reposapiés. Ni tampoco has de usarlo estando parado, porque para esa situación se debe poner la palanca en punto muerto. Eso sí, cuando lo pises, hazlo a fondo, y luego desembraga con suavidad. Tenemos que tener en cuenta que embragar, de por sí, es una de las acciones que más desgastan a nuestro auto. Sólo hay que recordar esa terrible sensación de rasgar las entrañas del coche cuando nos equivocamos en la “coreografía” de meter una marcha.

Por último, el pomo de la palanca de cambios no es un reposa manos. La presión que se ejerce al apoyarnos en él es un desafortunado hábito que acabará generando problemas como holguras en sincronizadores, vibraciones, y finalmente, hará que el engranaje de las marchas sea defectuoso.

501819339

Apurar el depósito de combustible hasta llegar a la reserva

Asúmelo. Por más que apures el depósito vas a tener que rellenarlo en algún momento. Hazlo antes de llegar a la reserva aunque sepas que puedas circular unos cuantos kilómetros más con el piloto encendido. Si lo ves iluminado con demasiada frecuencia la bomba de combustible empezará a quejarse. Y otro contratiempo: el fondo del depósito es donde se acumulan sedimentos e impurezas difíciles de filtrar, lo que puede provocar problemas de gripado en el motor.

Hasta aquí algunos de esos malos hábitos de conducción que provocarán, más pronto que tarde, problemas mecánicos en tu coche. Para cambiarlos, como casi todo en la vida, es cuestión de actitud. De buena actitud, como la de todo buen conductor.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies