Renovar carné de conducir: Moralidad o el último de los niveles de conducción autónoma

Renovar carné de conducir: Moralidad o el último de los niveles de conducción autónoma

La conducción autónoma es una quimera automovilística que está más cerca que nunca. Vivimos unos años fundamentales que marcarán el itinerario de esta tecnología en las décadas por llegar. Sin embargo, las primeras pruebas indican que, en la actualidad, nos encontramos en un fase todavía prematura.

Hasta los sistemas actuales de asistencia a la conducción delatan que a la industria de la automoción, a las instituciones públicas, a las compañías tecnológicas y al resto de implicados les queda por recorrer. Esto no es impedimento para que los investigadores ya están planteándose cómo van a solucionar uno de los frentes que más temores atrae con respecto al uso de esta tecnología. Hablamos de sus dilemas morales en el ámbito seguridad vial.

Un nuevo experimento científico, «La Máquina moral», ha sondeado la opinión pública para desvelar cómo han de actuar los vehículos autónomos ante situaciones morales comprometidas. Para entender de lleno sus resultados, hemos de reflexionar sobre cómo será el desarrollo de esta tecnología. Dentro de la consecución y perfeccionamiento de la conducción autónoma se han establecido 6 niveles de forma oficial.

Los 6 niveles de conducción autónoma

Los niveles son el resultado de la proyección que realizó la Sociedad Internacional de Ingenieros de Automoción (SAE). El principal criterio que define a las diferentes fases es la interacción entre el conductor y el vehículo autónomo, según su actuación va ganando independencia. Así se han delimitado esos niveles.

  • Nivel 0. Vehículo sin piloto automático.
  • Nivel 1. Asistencia a la conducción.
  • Nivel 2. Automatización parcial.
  • Nivel 3. Automatización condicional.
  • Nivel 4. Escala de automatización elevada.
  • Nivel 5. Automatización total del vehículo.

Del nivel 1 al nivel 3 humano y coche conducirían de forma combinada.Es a partir del nivel 4 cuando la intervención humana no es preceptiva, pese a que en este nivel sí que existe esa posibilidad. El nivel 5 es el que se conoce como conducción autónoma plena. En esta fase, los vehículos carecerían de volante, pedales y otros dispositivos que permitan al humano tomar el control.

Nivel 6 de conducción autónoma, el nivel moral

Coche autónomo en ciudadEstos niveles se refieren a un desarrollo funcional, basado en capacidad del vehículo. Sin embargo, según va recayendo más responsabilidad en los sistemas autónomos, más compleja se vuelve la toma de decisiones.

Es en este punto donde se introducen los dilemas morales. Llevados a una situación extrema en la que el director (sea humano o máquina) del vehículo tiene que asumir sacrificios, ¿cómo se debería actuar? Esta es la pregunta del mencionado experimento que ha tenido la forma de videojuego de los llamados serios.

Los jugadores hacen las veces de coche autónomo y se les invita a resolver hasta 10 dilemas con consecuencias mortales. La clave del experimento reside en el rol de las víctimas: los ocupantes del vehículo; peatones ancianos, embarazadas que cruzan la calzada por lugares incorrectos; e incluso animales.

Salvar a cuantos más, mejor

El sencillo experimento, propio de una obra de Ciencia Ficción, se mueve en los límites entre el desarrollo puntero de ingeniería, inteligencia artificial, moralidad y filosofía de los acciones humanas. Parece inevitable que, en su comportamiento, sea preferible diseñar para los vehículos un sistema de valores que emule, en la medida de los posible, a lo humano.

Así es cómo se explican los resultados del experimento. Los jugadores tienden, de forma mayoritaria, a salvar al mayor número de personas, favoreciendo a los niños sobre los más viejos y a las personas sobre los animales.

Conducción autónoma

La muestra indica el éxito de esta investigación colaborativa. Y es que han participado más de 2 millones de personas en más de 233 países. Claro que, los resultados del experimento varían también en función de su localización. Resulta curioso como en ciertos países se castigan más las actitudes en las que alguien comete una infracción legal.

¿Igualdad o discriminación «positiva»?

Esto es lo que dice al respecto el principal responsable del proyecto, Edmond Awad:

(…) implantar un único conjunto de normas en todos los países sería complicado. La misma norma aplicada en diferentes lugares podría recibir distinto apoyo social en los distintos países.

Es por eso que el último nivel de la conducción autónoma, el que exige dotar a los vehículo de una moralidad propia, tiene una solución tan compleja como lejana. En Circula Seguro ya hemos contemplado esta tarea haciendo referencia a otros estudios en la materia. Sin embargo, el dilema no está cerca de resolverse.

¿Deben los coches autónomos discriminar entre víctimas tal y como los humanos tienen oportunidad de hacer? ¿O se debe aplicar principios no discriminatorios y de igualdad para resolver esas situaciones? Lo cierto es que, quizá este tipo de eventos no fueran tan comunes. En el fondo, los beneficios de la generalización de la conducción autónoma la convierten en la solución a la accidentalidad vial por encima de todo dilema.

No obstante, parece que la humanidad no puede embarcarse en la aventura del coche autónomo sin dejar cerradas todas estas cuestiones. Es una problemática de peso que recaerá con fuerza sobre los legisladores de la próxima década

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