La edad no limita, limita la salud
El punto crítico de cuándo dejar el volante está en equilibrio entre nuestro derecho a conducir y a tener la movilidad que el vehículo ofrece y el derecho de los demás a un entorno vial seguro. Es decir, cuando no estemos en condiciones de conducir con seguridad y hacerlo sea un riesgo para otros y nosotros mismos.
Si usted piensa o duda sobre lo “bien” que conduce o no, no espere a tener un accidente para convencerse de que debe dejar de conducir.
¿Cuándo dejarlo?
- Cuando vea que su capacidad de reacción es mucho más lenta que antes y que ha disminuido de forma marcada recientemente.
- Cuando conducir, especialmente de noche, cada vez le resulte más difícil y estresante.
- Cuando su vista (y audición) empeore notablemente.
- Cuando sufra patologías médicas y/o la medicación que toma limite su capacidad para conducir. Incluso puede que su médico le haya sugerido que piense en dejarlo.
- Cuando sus familiares le sugieran que deje de conducir.
Dicho de otra manera: si conducir ya no resulta tan relajante como antes y se empieza a convertir en un suplicio; si tiene dificultad para leer los carteles, no se da cuenta cuando le adelantan, no ve a ciclistas o peatones, tiene dificultad para incorporarse a un rotonda o al tráfico en un carril de aceleración y no es capaz de mantener una adecuada velocidad –ir excesivamente lento genera problemas a los demás– a las condiciones de la vía.
LA EDAD de dejar el volante
Un problema médico cada vez más frecuentes con la edad es el déficit cognitivo asociado a muchos procesos. El caso más evidente es la demencia. Una persona con demencia no debe conducir, pero, en fases iniciales y hasta que se realiza el diagnostico, los déficits no son tan evidentes, en especial para quien los sufre, que no es consciente de sus limitaciones.
Con frecuencia, familiares y amigos son los primeros en observar déficits en la conducción: invasión frecuente del otro carril, frenazos bruscos ante señales y semáforos, olvidos a menudo de cómo han llegado al destino o la ruta seguida, e incluso cuentan espontáneamente que se han perdido… Convencerle de que deje de conducir es complejo. Puede acompañarle a su próxima cita médica y tratar el tema. Pero como el deterioro cognitivo es progresivo, no espere a que tenga un accidente.