Resulta favorable la actuación del médico escuchando al paciente y atendiendo sus posibles componentes psicológicos y de estado emocional, lo que permite reducir el número de fármacos y sustituirlos por una atención más emocional.
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Trastorno por somatización:
Es la enfermedad neurótica caracterizada por la aparición de síntomas múltiples somáticos, incluyendo los que se manifiestan en la histeria de conversión clásica.
Alrededor del 25% de todas las patologías conocidas tienen una base u origen psicosomático, es decir, están producidas por factores psicológicos o personalidad alexitínica, entendida ésta por la dificultad del paciente para exteriorizar los problemas psicológicos, lo que deriva en trastornos biológicos.
Son pacientes dependientes con manifestación de ira ante las frustraciones, y cuyos síntomas constituyen una petición de ayuda y atención para ser cuidado en todos los aspectos de la vida del paciente.
Los síntomas suelen caracterizarse por cefaleas, náuseas, vómitos, dolor abdominal, alteraciones digestivas, astenia, síncope, etc.
Se asocia con frecuencia ansiedad y depresión, y pueden manipular a los demás con amenazas e intentos de suicidio. Con el paso de los años, en algunos casos, se intensifica la depresión con riesgo real de suicido.
El tratamiento es muy difícil y la medicación no ayuda de forma significativa.
Resulta favorable la actuación del médico escuchando al paciente y atendiendo sus posibles componentes psicológicos y de estado emocional, lo que permite reducir el número de fármacos y sustituirlos por una atención más emocional.
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Neurosis hipocondriaca:
Es la neurosis caracterizada por una preocupación por las funciones corporales y miedo por estar sufriendo una enfermedad grave.
Los síntomas son muy variados y ricos en detalles, relacionados con vísceras abdominales, tórax, cabeza y cuello. Los pacientes intensifican las sensaciones corporales con una localización definida.
A menudo, los síntomas se asocian a depresión endógena y desaparecen cuando se alivia el trastorno afectivo.
El curso es crónico y su asociación con depresión es de peor pronóstico para la enfermedad afectiva de base.
La hipocondría es muy resistente al tratamiento, aunque el paciente puede mejorar con el apoyo médico y familiar.